Empieza con B
Alejandra Pultrone *
Buenas
noches a todos
Estar
aquí reunidos, en la Biblioteca Nacional, celebrando la publicación de un nuevo
libro de Gustavo, en este tiempo tan difícil para la cultura argentina, me
llena de alegría, de esperanza. Cortázar,
ese compinche de Gustavo, describió la esperanza como el sentimiento que no nos
pertenece, porque le pertenece a la vida. "Es
la vida misma defendiéndose", escribió en Rayuela. Y
esta noche, contra viento y marea, entre nosotros, está la esperanza,
defendiéndose, defendiéndonos. Publicar
hoy un libro es también un acto de fe.
Cuando
un amigo nos convoca para presentarlo sabemos que es un honor y también una gran
responsabilidad. Aquí con Luis Franc
estamos incluidos en esa ansiada lista de primeros lectores de Conceptuario y estamos muy contentos de poder pasarles a ustedes la
posta. En esta sala hay muchos amigos, alumnos que
probablemente se están preguntando: ¿Pero, de qué se
trata este libro? ¿Podrá interesarme? Y… ¿cómo
se escribe un Conceptuario?
Como
bien lo explica Gustavo en las palabras preliminares, encontramos en la
historia de la literatura algunos otros diccionarios de reconocidos escritores.
Pero
desde ya les digo, que ninguno de ellos incluye los conceptos chocotorta o el
exultante ¡Megadeth, Megadeth,
aguante Megadeth! Ese himno que
convirtió al público argentino de rock en el mejor del mundo. La
cita de Calvino que abre el libro nos da las primeras pistas: toda vida es una
enciclopedia, una suma de lecturas, informaciones, imágenes agregaría yo; hoy
más que nunca. Sólo
que esas imágenes están hechas de palabras, a pesar de lo que piensa la gran
mayoría de influencers o como diría
el notable ilustrador Ramiro Clemente, insufrencers.
Gustavo
se puso a prueba, fue a la búsqueda de esas palabras, conceptos entrañables que
forman parte de su identidad personal y literaria. Y
a nosotros como lectores, también nos invita a ir al encuentro de nuestro
propio conceptuario. Creo que ese es, entre otros, uno de los logros más bellos
de este libro. A
medida que vamos leyendo cada concepto, nuestra propia historia se abalanza, nos
toca la puerta.
Hablando
en primera persona, muchos de sus conceptos aquí eternizados (escribir es un
pacto con la eternidad ¿alguien lo duda?) los encuentro muy cercanos; entonces
me apropio de este libro que me hace recordar esas palabras tan mías de la
infancia y la adolescencia. Me
hace recordar que el fiambrín era un manjar sublime y a veces difícil de
conseguir en los almacenes de Liniers a principios de los 70, o que mi hermano
también tenía autitos marca Duravit que dejaba desparramados por el piso de la
habitación que compartíamos. Y
pienso en los libritos españoles que mi madre me compraba en los kioscos y que
en su gran mayoría eran ilustrados por Ferrándiz, el catalán. Y ahí ya comencé mi propio concepturario, ya tengo una voz para las palabras que comienzan
con F: Ferrándiz. Esta
es la gran propuesta y el gran regalo que hace Gustavo al lector de su libro. Lo
invita a reunirse con aquellas palabras
imprescindibles de su existencia. A
recordarlas. Este
libro es el ejercicio de una memoria subjetiva testaruda. Irrenunciable. Por eso, es un tributo. La
celebración de aquellas palabras que nos habitan y a la vez, escriben nuestra
hoja de ruta. En
definitiva, estamos hechos a su medida. De
allí la importancia de encontrarlas, ordenarlas alfabéticamente, reconocerlas. Inmortalizarlas. Pensaba
que, como lectores, a lo largo de todo el libro vamos transitando distintas
emociones. Al
menos para mí, Conceptuario es un
libro emocional, en el mejor de los sentidos. Y también es otro de sus logros, emocionar
genuinamente, sin artificios de app,
ni consejos de psicología positiva. Me he reído mucho con la definición de fush: interjección de tono imperativo que
significa andate, fuera y otras similares. En otras épocas era común en el
vocabulario de ciertas madres, anota Gustavo. Me
he emocionado mucho con las referencias al rock nacional. Una
de las acepciones de la palabra Aquelarre que incorpora Gustavo, es
la referencia a la mítica banda de los 70. Lo mismo sucede con Arco Iris. Y se lo
agradezco mucho. Me
he entristecido con la definición de Dodge, la marca del auto. Palabra en
la que Gustavo nos muestra las cicatrices profundas de su corazón. He
aprendido conceptos filosóficos, me he codeado con palabras ajenas a mi propio Conceptuario, y eso también es importante,
la transmisión de un saber que puede otorgar un libro y que quizás no
compartimos.
Por
todo esto, los invito a leer Conceptuario y espero que ustedes se
sumerjan sin miedo en sus necesarias palabras. Armar
una lista. Releerla, compartirla.
Antes
de terminar esta presentación de mi parte, me gustaría leerles una definición incluida en la letra B:
Bálsamo: Para estas páginas , fluido invisible que se
derrama sobre el espíritu.
Suele aparecer y surtir
efecto luego de la lectura o contemplación de una gran obra.
Espero
que Conceptuario sea un bálsamo para
todos y cada uno de sus lectores.
Espero
que sea un bálsamo para Lara, porque este libro le pertenece.
Alejandra Pultrone (Buenos Aires, 1964)
Realizó estudios universitarios graduándose en la carrera de Letras.
Codirigió el sello editorial de poesía Libros del Empedrado. Dirigió la Librería- Editorial Stevenson. Libros publicados: La cuerda del silencio (1990) Hopper (1995), Ciudad demolida (1999) Restos de poda (2005) Plaza Washington (2017) y el aún inédito La soledad de los anhelos (2019).
Realiza actualmente talleres individuales de escritura para jóvenes y adultos abiertos a la neurodiversidad y clínica de obra para escritores. Dirige la revista de Arte y Literatura El Esfuerzo Conjugado.
Escribió el guión original del cortometraje El viento sopla (2023).